Pruebas de usabilidad y accesibilidad
En este tipo de pruebas, se observa a un grupo de usuarios previamente
seleccionado teniendo en cuenta sus características (expertos, aficionados…)
mientras utilizan tienen bajo su uso la aplicación que se quiere probar, la
cual no tiene que estar completamente finalizada, sino que puede ser un
prototipo.
Suelen parecer subjetivas, puesto que cada uno tendrá su propia
visión, aunque existen estándares y parámetros que dicen qué es apto y lo que
no.
A la hora de llevar a cabo estas pruebas, es importante tener ciertos
puntos en cuenta, que veremos a continuación.
-Facilidad de
aprendizaje: hacer que
la interfaz sea simple, con una funcionalidad bien definida, utilizar guías de
estilo para no confundir al usuario.
-Flexibilidad: asegurarse de que
al usuario se le hace escribir lo mínimo posible mediante el uso de botones de
selección o enlaces.
-Tiempo de
respuesta: conseguir
que el tiempo máximo de descarga de una página no sobrepase el máximo
aceptable, para lo que hay que tener en cuenta la velocidad de conexión de los
usuarios.
-Reducción de la
carga cognitiva: no sobrecargar las páginas con demasiados elementos para hacerlas
ligeras, además de conseguir una navegación sencilla, con pocos clics.
-Recuperabilidad: si el usuario ha
cometido algún error durante la navegación, hacer que le salgan mensajes útiles
y que pueda seguir utilizando la aplicación con facilidad.
-Buena imagen: asegurarse de que
el sitio web es un entorno agradable que facilite la comprensión de la
información.
-Accesibilidad: en estas pruebas
se tienen en cuenta a usuario con discapacidades. El objetivo es descubrir la
facilidad con la que se puede utilizar un sitio web y usar esa información para
mejorar las aplicaciones en el futuro. La evaluación de estas pruebas está
bastante formalizada. Están regidas por normativas como las Pautas de Accesibilidad
para el Contenido Web, las WCAG, que cubren un amplio rango de recomendaciones
para crear un contenido web más accesible para que personas con discapacidades
puedan usar la web de una manera fácil.
Es
importante distinguir entre el cumplimiento del estándar o maximizar la
accesibilidad del sitio web. Ambas cosas parecen lo mismo, pero los estándares
pueden fallar al intentar cumplir los siguientes objetivos:
-Satisfacer
las necesidades de todas las personas con discapacidades.
-Encontrar
el equilibrio entre las necesidades de las personas con diferentes
discapacidades.
-Hacer
corresponder estas necesidades con las técnicas óptimas.
-Utilizar
un lenguaje claro para expresar las necesidades o las técnicas.
A la hora
de determinar el uso de un producto, las discapacidades plantean unos retos
especiales, ya que pueden dejar huecos entre usuarios y evaluadores. La
evaluación de la accesibilidad debe tener en cuenta cómo se puede experimentar
con la web con diferentes capacidades cognitivas y las distintas
configuraciones que permitirán el acceso a la web a las personas con
discapacidades concretas.
A la hora
de realizar todas estas evaluaciones, resulta difícil ponerse en la piel de
todos aquellos que van a visitar un sitio web. Las directrices y herramientas
de accesibilidad ayudan a salvar estas faltas de experiencia, aunque no deben
sustituir la imaginación empática, la ingenuidad técnica y las conversaciones
con los usuarios.